Entornointeligente.com / . Los estresores psicosociales pueden precipitar recaídas de la enfermedad y por lo tanto un contexto social desfavorable justifica la incorporación de estos pacientes en programas de rehabilitación estructurados e intensivos para mejorar su calidad de vida.
Los síntomas de este trastorno pueden causar daño de las relaciones interpersonales, nivel bajo de funcionamiento en el estudio o en el trabajo, y puede culminar con el suicidio. Las tasas de suicidio consumado, los intentos de suicidio y la ideación suicida son más prevalentes en el trastorno bipolar que en otros desórdenes mentales y suelen darse predominantemente durante el episodio depresivo.
El episodio depresivo puede incluir estos síntomas:
Estado de ánimo deprimido o tristeza diariamente Problemas para concentrarse, recordar o tomar decisiones Problemas en la alimentación como falta de apetito y pérdida de peso o consumo exagerado de alimentos y aumento de peso Fatiga o falta de energía Sentimientos de minusvalía, desesperanza o culpa Pérdida del placer al realizar actividades que alguna vez disfrutaba Pérdida de la autoestima Pensamientos de muerte o suicidio Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado Alejarse de los amigos o las actividades que alguna vez disfrutaba La fase maníaca puede durar de días a meses. Puede incluir estos síntomas:
Fácil distracción Participación excesiva en las actividades Poca necesidad de dormir Capacidad de discernimiento deficiente Poco control del temperamento Falta de autocontrol y comportamientos imprudentes, tales como beber o consumir drogas en exceso, aumento de relaciones sexuales de riesgo, apostar y gastar o regalar mucho dinero Estado de ánimo muy irritado, pensamientos apresurados, hablar mucho y tener creencias falsas acerca de sí mismo o de sus capacidades Hablar rápidamente Preocupación acerca de cosas que no son ciertas (delirios) No obstante los pacientes con esta enfermedad y un diagnóstico oportuno pueden recibir tratamiento y llevar una vida funcional y productiva, con una disminución de la frecuencia, gravedad y duración de los episodios.
Su abordaje ha sido clásicamente farmacológico junto a la terapia cognitivo-conductual. Este tratamiento combinado permite mayor mejoría para quien lo padece, ya que la terapia psicológica es a menudo la fuerza estabilizadora en la vida de estos pacientes. El objetivo del tratamiento está basado en reducir el malestar y mejorar el funcionamiento básico del paciente entre los episodios, disminuyendo así la frecuencia de los episodios futuros.
KARINA MONSALVE | TW @karinakarinammq IG @psic.ka.monsalve
Psicóloga clínica del Centro Médico Docente La Trinidad.
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Karina Monsalve Opinión
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