«Curro», «chingar» y «gilipollas» son palabras muy usadas por los hispanohablantes, como lo fueron hace unos años «chachi» o «nanái», todas ellas unidas por su origen, el caló, que la RAE define como la variedad del romaní que hablan los gitanos de España, Francia y Portugal.
Los caloísmos, como se conocen las palabras derivadas del caló, son muy numerosos en el castellano y de su evolución, entre otras muchas etimologías, hablan en su libro «La vida secreta de las palabras» (La Esfera de los Libros) los integrantes de @EtimosDirectos, una de las cuentas sobre estos asuntos más seguidas en las redes sociales: Shayma Filali Baba Louartiti, Israel Villalba y Peru Amorrortu, expertos en historia y filología.
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